martes, 4 de octubre de 2011

María, multiplicidad de virtudes

Hizo lo que tenía que hacer cuando lo tenía que hacer.


Para amar a Cristo, nada mejor que tomar como ejemplo la vida de María, su Madre. En ella podemos contemplar las múltiples virtudes que fueron multiplicándose conforme crecía y maduraba. Gracias a su gran fe, la Virgen fue gestando el "sí" incondicional que dio a Dios sin dudas, aunque con cierta turbación natural ante la magnitud de tan grande y bellísima misión.
Es la Virgen María la que nos confirma que la santidad es alcanzable para todo ser humano, siempre y cuando abramos nuestro corazón a Cristo, Nuestro Señor y nos abandonemos a Su Voluntad.
En cuanto la imitemos y sigamos sus pasos, Maria es el camino de perfección que nos enseña a conocer, amar, acercarnos a Jesús. Ella pondrá a los pies de su Hijo, todas nuestras plegarias, nuestros rezos, nuestras necesidades, nuestra entrega sincera; María, como intercesora sabe cómo presentar ante Dios nuestra miseria y nuestras debilidades; como en las bodas de Caná, María conoce tan íntimamente a Cristo, que lo único que pide es que los demás hagan lo que Él les indique. "Haced lo que Él os diga" (Jn 2, 1-11).
Durante su vida, María hizo lo que tenía que hacer cuando lo tenía que hacer; estuvo en el momento oportuno y en el sitio adecuado, todo conforme a la misión que Dios le encomendó y asegurándose de hacer la voluntad de Él. Su total obediencia, entrega, certeza de que Él obraba en ella, hacía que sus actos fueran los correctos y sus virtudes fueran en aumento, haciéndola cada vez más la criatura consentida de Dios.
Es por eso que en Catholic.net, tomando como ejemplo a seguir a María y reconociendo su fortaleza pero con humildad, su sabiduría pero con sencillez, su paciencia pero con prontitud de respuesta, siempre la invocamos para que nos ayude a conservar de pie esta obra dedicada a su Hijo. Ella nos ampara en todo momento e intercede ante Él para que sigamos siendo fieles al Magisterio de la Iglesia y al Papa, para que mantengamos sólidas nuestras fuerzas, esperanzas y nuestra fe, de tal forma que las dificultades no nos venzan.
 Fuente: Libro "María, camino de perfección" de Santiago Martín

No hay comentarios:

Publicar un comentario