viernes, 26 de agosto de 2011

Los dias 26


Explicación


La imagen se exhibió por primera vez en la clausura del Jubileo de la

      Redención del Mundo, el 26 de Abril de 1935.





Por ello, en nuestro Santuario, todos los días 26 de cada mes están dedicados

      a Jesús Misericordioso.







                                                  ACTIVIDADES Y HORARIOS





EL TEMPLO: Permanece abierto desde las 7:00 hasta las 21:30





MISAS: 7:30, 10:00,12:00, 15:00, 17:00, 19:00 y 20:30





SACRAMENTO DE LA RECONCILIACIÓN (CONFESIÓN): de 7:30 a 12:30 y de 14:00 a 20:00





VISITA AL ÍCONO DE JESÚS MISERICORDIOSO (CUADRO): desde las 7:00 (menos durante las misas)





IMPOSICIÓN DE MANOS: después de cada misa (excepto después de la de
las 12:00)





BENDICIÓN DE OBJETOS RELIGIOSOS: Después de cada misa





REZO DE LA CORONA: Antes de cada misa





FUENTE DE LA MISERICORDIA: desde las 7:30





MESA DE TESTIMONIOS: de 8:00 a 20:00





PASTORAL DE LA ESCUCHA: de 8:00 a 20:00





SECRETARÍA: de 8:00 a 20:00





SANTERÍA: de 8.00 a 20:00





CATEQUESIS: Consultar en la sección Catequesis.





ATENCIÓN EN EL DESCANSO DEL PEREGRINO de 8:00 a 20:00:







                       MISA VOTIVA DE LA MISERICORDIA DE DIOS


Oración

ORACIÓN A JESÚS MISERICORDIOSO

Señor Jesús,
en la cruz manifestaste tu obediencia al Padre
y tu voluntad de salvación universal:
venimos a implorarte perdón
y a darte gracias por tu amor.
Queremos hacer conocer tu Evangelio
mediante las obras de misericordia
para la conversión de los pecadores,
el consuelo de los afligidos,
y la asistencia a los pobres y enfermos.
Envíanos tu Espíritu Santo,
pues necesitamos sanar nuestra libertad humana
para construir un mundo donde reine la misericordia
y se anticipe el Banquete definitivo.
Ayúdanos a dar testimonio de fe y esperanza
delante de nuestros hermanos, varones y mujeres,
para que comprendamos todos
que la felicidad perfecta se encuentra en Ti.
Indícanos el camino hacia el Padre,
para llegar a adorar el Misterio de la Trinidad
junto a María y los Santos.
 Amén.

jueves, 25 de agosto de 2011

Catequistas, discípulas y discípulos de Jesús


Señor de la Vida y la Esperanza,
hace tiempo nos llamaste
mirándonos a los ojos
y hablándonos al corazón
para repetir, como ayer con Pedro,
Andrés, Mateo, Marta y María,
María Magdalena, Pablo… y tantos mas
hasta nuestros días,
esa palabra que se transforma,
al abrazar tu llamado,
en el pozo de agua viva
 donde siempre podemos refrescar
nuestra vocación
y alimentar nuestra misión.
“Sígueme” nos dijiste,
llamándolos por nuestro nombre
y concediéndonos el don
de hablar en tu Nombre,
para despertar en los otros
lo que Tu, Señor, avivas
cada mañana de nuestra vida,
Tu Presencia, Jesús,
caricia, fuerza, impulso, fuego,
que anima, ilumina y da sentido
para vivir con alegría y para los demás.
“Sígueme” nos dijiste,
llamándonos por  un nuevo nombre “Catequista”,
mientras, tal vez sin darnos cuenta,
ponías tu mano en nuestra boca,
signo de nuestra vocación naciente,
ser portadores de tu Palabra,
eco de tus Enseñanzas,
testigos de Tu Proyecto,
servidores de la vida,
vasijas frágiles para la fuerza de tu Mensaje.
“Sígueme” nos dijiste,
abriendo ante nosotros un horizonte
e invitándonos a hacer camino,
descubriendo la espiritualidad del peregrino,
la riqueza de andar “ligero de equipaje”,
la libertad de seguirte “a la intemperie”,
la gratuidad de encontrarte “en la periferia”,
la alegría de aprender a “sorprenderse”
para volver al espíritu de niños
que conduce al Reino.
“Sígueme” nos dijiste,
Invitando a la vida de discípulas y discípulos.
Queremos responderte, Señor,
cada mañana  de nuestra vida,
con las Palabras del salmista,
conocedor de los senderos de Dios,
para hacer nuestra su experiencia,
abrir los oídos del corazón,
y encarnar en el tus enseñanzas:
“Tu Palabra es antorcha de mis pasos
y  luz de mi camino”.
Queremos ser Padre Bueno,
Catequistas, Discípulas y Discípulos de Jesús,
¡ que Tu Espíritu nos guie en el camino!
Fuente Marcelo A. Murua

miércoles, 24 de agosto de 2011

21 de Agosto dia del Catequista



Catequista, Discípulo de Jesús

Quiero seguir tus pasos, Jesús,
amigo, maestro, compañero.
Quiero seguir tu ejemplo,
llevando la Palabra a los demás.

Quiero vivir como tú,
entregado a la vida
para la construcción del Reino.

Quiero crecer a tu lado,
como discípulos
compartiendo la vida contigo.

Quiero aprender tus enseñanzas,
para vivirlas y transmitirlas
con coherencia y fidelidad.

Quiero descubrir contigo
la voluntad del Padre en mí vida.

Quiero seguir tus pasos,
y ofrecer mi persona
para generar vida,
justicia y paz
donde me encuentre.

Que así sea, Maestro bueno

Amen

Fuente: Marcelo A. Murua

martes, 16 de agosto de 2011

San Roque

Roque, Santo Peregrino, 16 de agosto  

Roque, Santo
Peregrino y Taumaturgo































Martirologio Romano: En la Lombardía, san Roque, que, nacido en Montpellier, del Languedoc, en Francia, adquirió fama de santidad peregrinando piadosamente y curando por toda Italia a los afectados de peste (c. 1379)

Etimológicamente: Roque = Fuerte como roca

Este santo se ha hecho famoso en el mundo por los grandes favores que consigue a favor de pobres y enfermos. Su popularidad ha sido verdaderamente extraordinaria cuando a pueblos o regiones han llegado pestes o epidemias, porque consigue librar de la enfermedad y del contagio a muchísimos de los que se encomiendan a él. Quizás él pueda librarnos de epidemias peligrosas.

San Roque nació en Montpellier, de una familia sumamente rica. Muertos sus padres, él vendió todas sus posesiones, repartió el dinero entre los pobres y se fue como un pobre peregrino hacia Roma a visitar santuarios.

Y en ese tiempo estalló la peste de tifo y las gentes se morían por montones por todas partes. Roque se dedicó entonces a atender a los más abandonados. A muchos logró conseguirles la curación con sólo hacerles la señal de la Santa Cruz sobre su frente. A muchísimos ayudó a bien morir, y él mismo les hacía la sepultura, porque nadie se atrevía a acercárseles por temor al contagio. Con todos practicaba la más exquisita caridad. Así llegó hasta Roma, y en esa ciudad se dedicó a atender a los más peligrosos de los apestados. La gente decía al verlo: "Ahí va el santo".

Y un día mientras atendía a un enfermo grave, se sintió también él contagiado de la enfermedad. Su cuerpo se llenó de manchas negras y de úlceras. Para no ser molesto a nadie, se retiró a un bosque solitario, y en el sitio donde él se refugió, ahí nació un aljibe de agua cristalina, con la cual se refrescaba.

Y sucedió que un perro de una casa importante de la ciudad empezó a tomar cada día un pan de la mesa de su amo e irse al bosque a llevárselo a Roque. Después de varios días de repetirse el hecho, al dueño le entró curiosidad, y siguió los pasos del perro, hasta que encontró al pobre llaguiento, en el bosque. Entonces se llevó a Roque a su casa y lo curó de sus llagas y enfermedades.

Apenas se sintió curado dispuso el santo volver a su ciudad de Montpellier. Pero al llegar a la ciudad, que estaba en guerra, los militares lo confundieron con un espía y lo encarcelaron. Y así estuvo 5 años en la prisión, consolando a los demás prisioneros y ofreciendo sus penas y humillaciones por la salvación de las almas.

Y un 15 de agosto, del año 1378, fiesta de la Asunción de la Virgen Santísima, murió como un santo. Al prepararlo para echarlo al ataúd descubrieron en su pecho una señal de la cruz que su padre le había trazado de pequeñito y se dieron cuenta de que era hijo del que había sido gobernador de la ciudad. Toda la gente de Montpellier acudió a sus funerales, y desde entonces empezó a conseguir de Dios admirables milagros y no ha dejado de conseguirlos por montones en tantos siglos.

Lo pintan con su bastón y sombrero de peregrino, señalando con la mano una de sus llagas y con su perro al lado, ofreciéndole el pan.

¡Felicidades a quienes lleven este nombre!
Fuente: Catholic.net

lunes, 15 de agosto de 2011

La Asunción de la Virgen María

Es un dogma de fe que María Santísima fue llevada al cielo en cuerpo y alma, Acontecimiento que celebramos el 15 de agosto

Explicación de la fiesta

La Asunción es un mensaje de esperanza que nos hace pensar en la dicha de alcanzar el Cielo, la gloria de Dios y en la alegría de tener una madre que ha alcanzado la meta a la que nosotros caminamos.

Este día, recordamos que María es una obra maravillosa de Dios. Concebida sin pecado original, el cuerpo de María estuvo siempre libre de pecado. Era totalmente pura. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado.

También, tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre María y cómo ella supo responder a éstas. Ella alcanzó la Gloria de Dios por la vivencia de las virtudes. Se coronó con estas virtudes.

La maternidad divina de María fue el mayor milagro y la fuente de su grandeza, pero Dios no coronó a María por su sola la maternidad, sino por sus virtudes: su caridad, su humildad, su pureza, su paciencia, su mansedumbre, su perfecto homenaje de adoración, amor, alabanza y agradecimiento.

María cumplió perfectamente con la voluntad de Dios en su vida y eso es lo que la llevó a llegar a la gloria de Dios.

En la Tierra todos queremos llegar a Dios y en esto trabajamos todos los días. Esta es nuestra esperanza. María ya ha alcanzado esto. Lo que ella ha alcanzado nos anima a nosotros. Lo que ella posee nos sirve de esperanza.
María tuvo una enorme confianza en Dios y su corazón lo tenía lleno de Dios.

Ella es nuestra Madre del Cielo y está dispuesta a ayudarnos en todo lo que le pidamos.

Un poco de historia

El Papa Pío XII definió como dogma de fe la Asunción de María al Cielo en cuerpo y alma el 1 de noviembre de 1950.

La fiesta de la Asunción es “la fiesta de María”, la más solemne de las fiestas que la Iglesia celebra en su honor. Este día festejamos todos los misterios de su vida.

Es la celebración de su grandeza, de todos sus privilegios y virtudes, que también se celebran por separado en otras fechas.

Este día tenemos presente a Cristo por todas las gracias que derramó sobre su Madre, María. ¡Qué bien supo Ella corresponder a éstas! Por eso, por su vivencia de las virtudes, Ella alcanzó la gloria de Dios: se coronó por estas virtudes.

María es una obra maravillosa de Dios: mujer sencilla y humilde, concebida sin pecado original y, por tanto, creatura purísima. Su alma nunca se corrompió. Su cuerpo nunca fue manchado por el pecado, fue siempre un templo santo e inmaculado de Dios.

En la Tierra todos queremos llegar a Dios y por este fin trabajamos todos los días, ya que ésa es nuestra esperanza. María ya lo ha alcanzado. Lo que ella ya posee nos anima a nosotros a alcanzarlo también.

María tuvo una enorme confianza en Dios, su corazón lo tenía lleno de Dios. Vivió con una inmensa paz porque vivía en Dios, porque cumplió a la perfección con la voluntad de Dios durante toda su vida. Y esto es lo que la llevó a gozar en la gloria de Dios. Desde su Asunción al Cielo, Ella es nuestra Madre del Cielo.

Sugerencias para vivir la fiesta:

• Tener una imagen de la Virgen María en el momento de la Asunción y poner junto de ésta un florero para repartir una flor con un letrero de una virtud propia de la Virgen para que cada uno medite en esta virtud y deposite la flor.
• Coronar a la virgen María poniéndole una corona y explicando al mismo tiempo por que llegó al Cielo en cuerpo y alma.
• Llevar y ofrecer flores a la Virgen.
Rezar el Rosario en familia con mucha devoción.

Fuente: Catholic.net

sábado, 6 de agosto de 2011

Caminando de la mano de Jesús

El Señor me da fortaleza, seguridad, fe y esperanza. Cada mañana al despertar debemos agradecerle por un nuevo día, por estar con nosotros, escuchar nuestras plegarias y ofrecerle una oración. Dejémosle a El nuestros temores, aflicciones y todo lo que nos oprime nuestro corazón. Jesús esta en cada uno de nosotros, sabe de nuestras necesidades, solo debemos agradecerle y pedir, pues El te concederá todo lo que sea necesario. Sin embargo, debemos tener en cuenta que nuestros tiempos no son los tiempos de Nuestro Señor. Quizás pedimos algo esperando una respuesta rápida, pero tenemos que aprender y saber que Nuestro Señor sabe cuando darnos lo que necesitamos ten por sentado que El te lo dará en el momento adecuado. El no deja desamparado a ningún hijo ya que lo sabe todo, lo ve todo, y sufre junto a nosotros. La Fe debe ser algo constante. Jesús dijo “pide y se concederá” por lo tanto debemos perseverar en la Fe, en la oración. Aprende a vivir con amor, sin rencores y sin dudas porque El nos ha dejado al Espíritu Santo quien nos guía y acompaña en nuestro camino. Recemos por nuestras familias, amigos, sin olvidarnos de los más necesitados, desamparados y por la Santa Iglesia Católica.
Vive como lo hizo Jesús, el cual fue un ejemplo de vida, humilde de corazón y recuerda que dio su vida por nosotros. Todos necesitamos ser escuchados y debemos ser nosotros los primeros en escuchar a nuestro prójimo. Pidámosle al Espíritu Santo que nos de las palabras precisas para ayudarlo y recuérdale que no está solo y que El Señor siempre está con nosotros.
Vive una vida feliz sin considerar lo material como primordial, aprende a perdonar, mantén un corazón puro, lleno de gozo, alegría, paz y amor. La Fe y la Esperanza solo Dios te la dará, por lo tanto deja que El te guie, se Fiel a Su Palabra y verás que al nuevo despertar serás otro ser.

miércoles, 3 de agosto de 2011

Gracias, Jesús

Tu eres el Hijo de Dios que te hiciste hermano y amigo nuestro.
Gracias, Jesús porque me quieres.
Tu viniste a enseñarnos el camino del cielo
Tu viniste a salvarnos del pecado y de la muerte.
Tu viniste a decirnos que Dios es un Padre que nos ama.
Tu viniste a enseñarnos a construir un mundo mas digno del hombre.
Tu viniste a animarnos y hadarnos fuerza para ser mejores.'
Tu viniste a consolarnos en nuestras tristezas y a traer alegría a
nuestra vida.
Tu viniste a enseñarnos como amarnos y perdonarnos unos a otros.
Padre Dios, Tu nos amaste tanto que nos enviaste a Jesús, tu propio
Hijo, para salvarnos; ayúdanos a escuchar y cumplir siempre lo que El
nos dice.
Te lo pedimos por el mismo Cristo Jesús.

Amen.

martes, 2 de agosto de 2011

Oración al Espíritu Santo

Ven, Espíritu Santo,
te abro la puerta,
entra en la celda pequeña
de mi propio corazón,
llena de luz y de fuego mis entrañas,
como un rayo láser opérame
de cataratas,
quema la escoria de mis ojos
que no me deja ver tu luz.

Ven. Jesús prometió
que no nos dejaría huérfanos.
No me dejes solo en esta aventura,
por este sendero.
Quiero que tú seas mi guía y mi aliento,
mi fuego y mi viento, mi fuerza y mi luz.
Te necesito en mi noche
como una gran tea luminosa y ardiente
que me ayude a escudriñar las Escrituras.

Tú que eres viento,
sopla el rescoldo y enciende el fuego.
Que arda la lumbre sin llamas ni calor.
Tengo la vida acostumbrada y aburrida.
Tengo las respuestas rutinarias,
mecánicas, aprendidas.
Tú que eres viento,
enciende la llama que engendra la luz.
Tú que eres viento, empuja mi barquilla
en esta aventura apasionante
de leer tu Palabra,
de encontrar a Dios en la Palabra,
de encontrarme a mí mismo
en la lectura.

Oxigena mi sangre
al ritmo de la Palabra
para que no me muera de aburrimiento.
Sopla fuerte, limpia el polvo,
llévate lejos todas las hojas secas
y todas las flores marchitas
de mi propio corazón.

Ven, Espíritu Santo,
acompáñame en esta aventura
y que se renueve la cara de mi vida
ante el espejo de tu Palabra.
Agua, fuego, viento, luz.
Ven, Espíritu Santo. Amen

lunes, 1 de agosto de 2011

Perseverancia

Dice el refrán: "El que persevera alcanza". De nada nos sirve empezar con mucho afán algo que queremos lograr si no tenemos perseverancia. La mitad de los anhelos en nuestra vida se nos quedan en eso, en anhelos, en deseos, en sueños no realizados... y si analizamos bien el por qué no se hicieron realidad fue porque nos faltó perseverancia.

La perseverancia es la firmeza y constancia en la ejecución de los propósitos y en las resoluciones del ánimo. Cuanta cosa emprendemos en la vida tienen que tener perseverancia pues sin ella, todo lo emprendido se irá diluyendo como agua en nuestras manos, como humo en el azul del cielo. El ánimo resuelto ante una cosa que emprendemos y la voluntad firme nos llevará al éxito.